CAPITULO 6. – ¿QUIÉN MATÓ AL REY PUTERO? – Así que a Chilperico me le han matado, pero qué cabrones son. Con el juego que daba el hombre. También tiene mala baba que me le fueran a liquidar en su momento más florido, cuando revoloteaba por los pasillos feliz como una perdiz gracias al nacimiento de su retoño y con la futura boda de su hija en el horizonte. Pero a todas estas, ¿Qué le hicieron al pobrecito?, ¿cómo me lo han matao?. Pues nada, que por lo visto el truhán se veía tan contento que se animó a agarrar el caballo, salir al campo y disfrutar de una alegre velada de cetrería. A resultas, Chilperico salió, respiró aire puro, mató tres o cuatro conejos, se pulió un bocadillo de morcilla bajo la sombra de los pinos, y a su regreso a palacio le dio un apechusque y se murió. Nadie sabe quien fue el inductor, es uno de los grandes enigmas de la época que nunca se ha podido esclarecer. Son varias las hipótesis y las posibles autorías. Unos culpan a Brunequilda, otros a la propia
CAPITULO 5. – A QUIÉN NO LE GUSTA UNA BODA VISIGODA - Ambos reinos volvieron a las andadas con la política exterior, buscando aliarse otra vez con los visigodos tal y como sucediera quince años atrás. Coincidió además que ambas reinas tenían una hija que casar. Brunequilda tenía a su hija mayor, Ingunda; mientras que su homóloga del sur tenía a la única hija que le salió viva durante los años de la paranoia, la bella Rigontha. La primera en mover ficha fue Brunequilda, que aprovechando su pasado visigodo usó sus contactos con el fin de llegar a un buen compromiso (su padre era el difunto rey Atanagildo, acuérdate; y además su madre, Gosvinta se había vuelto a casar de segundas con Leovigildo, su sucesor, por motivos de puro interés político). Leovigildo tenía un hijo casadero llamado Hermenegildo, así que parecía la ocasión perfecta para reconstruir la vieja alianza y volver a amenazar a los neustrianos desde ambos frentes, tal y como planeara el difunto Sigeberto años atrás. No
CAPITULO 4. - MIL MANERAS DE MORIR - Aquí tenemos nuevamente a las virtudes dando por saco. Durante los siguientes años cada una de las dos se dedicó a hacer "tareas de limpieza" en sus respectivos territorios, que ambas tenían bastante trabajo por hacer. En el reino de arriba, Brunequilda seguía extorsionando a sus nobles buscando que la nombraran regente en nombre de su hijo, al tiempo que ajusticiaba a los más quisquillosos para facilitarle la labor y de paso prevenir posibles complots, hasta que por fin los nobles accedieron y la reina viuda logró su objetivo, gobernar como "reina madre" en calidad de regente de su hijo Childeberto. Con ello se quitaba de encima a Gontrán, y de paso aseguraba una autonomía plena para Austrasia, libre ya de la influencia y los tejemanejes del de Borgoña. Aunque parezca raro, Gontrán no hizo demasiado por evitar aquello. Al parecer, en esos años el hombre estaba enfrascado en sus propios dramas familiares y no se vio en condiciones de ocuparse
CAPITULO 3. - MEROVEO QUE TE VEO - Lo dicho, el futuro se mostraba incierto y factores inesperados trastocaron nuevamente los planes de Chilperico. Para ello volvamos atrás y recordemos a la payasa de la Audovera, la primera esposa de Chilperico. La mujer seguía en el convento comiendo gachas, y allí que se iba a quedar hasta que le llegó la hora de ser arrojada por el balcón. Pero con gachas o no, todavía seguía teniendo sus cuatro hijos, que además eran hijos de Chilperico, y eso no era poca cosa. El rey intentó darles un porvenir y que se fueran fogueando en las tareas habituales de la realeza, y eso incluía el arte de la guerra. Los dos mayores ya estaban creciditos así que les endosó un ejército a cada uno y les mandó a campar. El primero de ellos no acertó a mantenerse vivo y murió en el transcurso de la guerra, pero el segundo sí que sobrevivió a la contienda, para desgracia de su padre como bien pronto veremos. Meroveo se llamaba el chaval, en honor a su tatarabuelo
CAPITULO 2. - HABEMUS GUERRA - Como era de esperar, en cuanto Brunequilda se enteró tardó nada y menos en cagarse en todos los santos. De ahí en adelante su única obsesión fue instigar a su marido a que vengase la afrenta y declarara la guerra a su hermano. Sigeberto no es que sintiera aquello especialmente, pero mirándolo bien vio beneficio en hacerle caso a su mujer, al menos bajo cierto aspecto. Así que ni corto ni perezoso le mandó un ultimátum a su hermano exigiendo la entrega inmediata del ajuar y la dote que traía Galsuinda cuando se casó con el rey. Si Chilperico accedía se le sacaría un botín muy jugoso porque la dote, además de bisutería, incluía la entrega de varias ciudades del sur que le pondrían en una situación ventajosa en caso de guerra. Y si no accedía... bien, casus belli. Es curioso como los monarcas tiraban del casus belli para justificar una guerra, aún pudiendo declararlas impunemente y casi por capricho; pero teniendo en cuenta que los reyes de entonces
CAPITULO 1. - TRES BODAS Y UN FUNERAL - Erase una vez un rey que reinaba su reino hasta que un buen día se murió. El hombre veía que se le iban los años, así que antes de cascarla tuvo el tino de reunir a sus tres hijos y acordó con ellos repartir el reino en tres cachos, confiando que los tres hermanos se querrían como hermanos, se cuidarían como hermanos y colaborarían como hermanos en pos del bien común... Pero no. Se ve que no terminó de funcionar aquello. A resultas del reparto el primero heredó el norte, el segundo el sur y el tercero el este del reino. Tres cachos, tres. Pues bien, resulta que el del norte odiaba al del sur y el del sur al del norte, y el tercero como estaba así a un lado pues odiaba por igual a los otros dos y se esforzaba en que ninguno de ellos se hiciera demasiado fuerte, buscando así sobrevivir mientras los otros dos se daban de ostias. De este tercer hermano de momento no hablaremos mucho, su participación es posterior y no quiero liarte con los
Las Tribulaciones de Gosvinta by Vendepatrias, literature
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Las Tribulaciones de Gosvinta
-LAS TRIBULACIONES DE GOSVINTA- Reino visigodo. Segunda mitad del siglo VI. Es una mala época para nacer en Hispania. La peste bubónica (la llamada peste de Justiniano) sigue arrasando a sus anchas y repartiendo asco por doquier desde el año 535, fecha en la que empezó a causar las primeras muertes. Coincide además que en aquellos años hubo una "mini-glaciación" (se supone que debida a las nubes de cenizas generadas por la erupción de un volcán islandés), que enmudeció la luz del sol, diezmó terriblemente las cosechas y sembró el hambre y la desgracia por toda Europa. Son años oscuros, la vida es una tristeza allí, y si además bajamos al terreno nos encontramos ante una Hispania visigoda convertida en un desbarajuste de guerras civiles e intrigas nobiliarias, propiciadas por las familias más poderosas del reino, en permanente lucha entre ellas para dominar el trono, y acaparar para sí lo poco que alcanzaba a dar la tierra. En medio de todo este panorama viene al mundo Gosvinta
Corazon de Cuarzo Capitulo 38 by Kronosprincesss, literature
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Corazon de Cuarzo Capitulo 38
*Sonic sostenía a Diana, tras el hecho de que una Ambulancia casi la atropella, en ese instante, se acercaron los Guardaespaldas y el Padre de Diana, Orvus Zoni* Orvus: ¡Hija! ¿Estás bien? *preocupado* Diana: Sí, estoy bien *se aleja de Sonic* tenemos que irnos Sonic: ¿Estás bien? Diana: Sí, estoy bien, debemos irnos *Se van ellos de ahí, mientras que Sonic los mira irse, mientras en la Cárcel, Richie, estaba pensando en como escapar de ahí, uno de los presos, le dijo que la única manera de escapar de ahí, es infiltrándose, pero todavía él estaba viendo como hacerlo* *En la Empresa Cuarzo, Diana, estaba en su oficina, terminando de ver algunas cosas y después se puso de pie y se quedo de pie, observando la ventana, recordando lo del Hospital, en ese momento, entra Loui y Anastasia* Loui: Diana Diana: *se voltea* disculpa, no te escuche Loui: ¿Sucede algo? Diana: Nada *se sienta* Loui: Bueno, te quería decir que Reden, aún sigue prófugo, la Policía lo sigue buscando Diana: Es lógico